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Miercoles dividualidad los preceptos que dió-el Señor
a
.Móy.sés
para el arreglo de las costumbres.
Es
una exposicion
_
clara de los·principales Mandamientos del Decálogo,
particularmente de los que pertenecen al próximo :
y,
lo
que todavía hay de mas particular,
es,
que aunque
la Léy natural autoriza bastante todas estas ordenan–
zas ,
Dios
junta casi
a
ea~a
uno de los artículos una
consideradon particular , diciendo: que
el
que dá.
es–
tos preceptos,y quien manda que
se
observen,es el Se–
ñor, el Dios de aquellos a quieqes los impone:
.Ego
Dóminus
Deus vester
:
Y
o
soy
q'uien lo manda , Y
o
que soy vuestro Señor
y
vuestro
Dios.
No hay cosa mas instruétiva que la individualidad
con que el Señor intima sus preceptos
a
su Pueblo en
este capítulo
19.
del Levítico, que empieza por es–
ta primera leccion , la qual encierra en sí todas
las
otras: SeCl Samos,porque
soy
Santo Yo que soy
el
Se–
ñor, vuestro Dios ·:
Sanéli estote, quia ego SanCtus
sum,
Dóminus
Deus vester.
Temed, vá
diciendo ,
a
· vuestro Padre
y
Madre ,
y
respetadlos , como
es
de–
bido. Guardad religiosamente
el
di:i
del Sábado.
Q1ando hicieres
la
siega en tu campo ·, continúa, no
cojerás las espigas que
se
quedaren: tampoco cojerás los
racimos que en tu viña
se les
escaparen
a
lo vendi-
11.1Íadores ; todo esto debes abandonarlo
a
los pobres
que vengan a ·hacer
la
rebusca ' esto es'
a
juntar
la~
espigas
y
los racimos que
se
hubieren quedado sin co–
jer
despues
de
la siega
y
la vendimia:
Pauperibus
&
peregrinis carpenda dimit!es.
Porqne Yo que
soy
el
Señor, tu Dios, lo
cl~spongp
1
y
lo ordéno así:
Ego
IJó–
minús
Deus
vest~r.
No
..