74 / 426
E XERCICIOS
Martes propia gloria el propio interés .; tan sutÍI
es
,
tanto
llega
a
adelgazar el amor propio. Una apariencia,
\m exterior de virtnd., tan bien contrahecho, tan pa–
recido, hace que hasta
los
Autores se
descono~can
a
sí mismos :
y
de aquí nace la profunda segu–
ridad en que
se
vive. Pero de aquí nace tambien,
que esos pretendidos siervos de Dios,
esos
devotos,
que solo
lo
son en su opinion, esas personas enga....
ñad?s por su propio cor:izon
y
por su espíritu par–
tic.u1ar en punto de amor de
Dios.,
de espiritualidad,
de
clevoci~n
y
de
zelo , no experimeman , no sienten
aquellos cuidados
particular.es de la providencia, que
experimentan
y
sienten sin cesar
los
que bu can
a
Dios con .reétitnd
y
con .simplicidad de corazon.
Vosotras habeis hecho mal . ., almas santas ., almas fer–
vorosas, decía el Profeta , aun en pensar qne Dios
se ha olvidado de vosotras
1
en -vuestras afliccio:–
nes, en vuestras persecuciones.
Si
permite que seais
condenadas
a
ser arrojadas en un horno ardiente , 0
-en el lago de los Leones, él hará que halleis refri–
gerio ,en medio de
los
fuegos ;
y
los Leones serán
unos
.cord~,rillos
e:.i vuestra presencia. La casta
Su–
'sana es
~ahtmoiada,
juzgada, condenada; está
a.
pun–
ito de ser apedreada. Parece, que
Dios
ha ta ahora
se cuida poco de salir a} encuentro
a
la injLlStÍÓa que
·se la hace ; pero no temais : Un niño de doce años
-desenvuelve
y
revela todo el misterió de iniquidad,
y
la liberta. Daniél está en el lago en medio de los
Leones irritados
y
hambrientos;
y
no hay uno
si–
quiera que
se
atreva
a
hacerle .el menor daño. Un
Angel transporta milagrosamente al Profeta Haba–
cúc , para que le dé
aj
siervo de
Dios
una comida
que