DEP'OTOS.
R E F L E XI O N E S.
E
L
hombre de dolores
,
y
tratado como el ultimo
de los hombres.
Ved aqui todo lo que se pue–
de dedr de mas füerre, de mas vivo ,
c.+e
nus enér–
gico ,
p:ua explicar
el dolor mas agudo ,. la
pena
mas
extremada,
y
el suplicio mas cruel, que puede padecer
un hombre. Un hombre de dolores,
es
un
hombre,
cuyo corazon está anegado
en
la
amargura,
y
éuyo
espírin1 está rodeado
y
oprimido de aflicciones ; es
un hombre, que
se
alimenta, por
decirlo así,
de
do–
lores
y
de penas. Pero
lo
que pone
el
coln.10
a
la
miseria de este hombre ,
es , si el
oprobio
y
el me–
nosprecio acompañan
a
SllS
penas.
A
lo menos
es
una
especie de alivio
a
los males , el verse uno compa–
decido,
y
mucho mas si
se
ve honrado en medio de
sus penas ; el colmo de
la
afliccion
y
del
descon~
~;nelo,
es
ver que
las
mas grandes penas están acom–
pafü1das de injurias , de despredos , de insultos ,
de
ultrages, mayores
tal
vez que las mismas penas. Tal,
pues, es
la
suerte del Divino Salvador:
Noví..ssimum
'vir¿r·um
,
virum
do/Orum
:
es el hombre de los dolo–
res; los padece todos ·;
y
en medio de estos dolores
es tratado como el último , como el rnas desprecia–
ble de
todos los hombres. Seitiene compasion
de un
vil esclavo 'quando
se
'le ve
p~nari ;
m(1eve
a
lásti~
n1a
el ver espirar en la horca al mas facineroso. Es–
te instinto tan natural
a
todos los. hombres' solo no
"tiene lugar en fav:ot de ' mi Divino Salvador. Se di–
ria que niientras ·duró su Pasion,
se
trastornaron to–
das las leyes de la nat:Uraleza
y
de· la razon.
i
Buen
·Dios
!
~
por
qué
no
nos acordarémos
de este punto
Nn
2.
de
Santo.