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IC IO S
.Enero.
viva es
muy
eloqlieme ; un corazon franco ,
y
rendi..
do
es
mucho de vue(ho divino agrado.
Fueron fin dudJ.' preciofos los dones que ofrecie–
ron ; pero
en
los ojos de Dios
íi.i
devocion ,
fu
cari–
dad fue la mas preciofa. El corazon es el que da efü–
macion
a
nueíl:ras
liberalid~des
: fin él no {aprecia
el
Señor nueíl:ras ofrendas. No nos prefem¿mos jamás de–
lante de Dios con las manos vacías , ofrezcamosle li–
beralmente lo que no nos pide,
y
efrarémos mas pron–
tos
a
no negarle lo que exprefamente nos demanda.
~ántos
rinden
á
Dios
un
vano culto , porque
fu
co·
razon efiá mu
y
diíl:ance de
fü
Mageíl:ad
~
Pero con qué favores, con qué dones fobrenatu·
rales no enriqueció el Salvador el alma dé aquellos pri-'
moros Fieles! De manera que Dios recompenfa aun
lo
mifmo que
él
nos dá :
y
aun
aG
nos cuefia trabajo
el
dar nofotros
á
Dios! O qué injufücia tan impia!
Tambien fueron objeto de
fu
veneracion la
San•
tifsima Virgen,
y
San Jofeph. Ninguno puede hon··
rar al Hijo que no tenga amor,
y
devocion
a
la Madre.
Mi
Dios
!
y
qué gran dicha es hallaros! Con qué feli–
cid1des fe encuenrra el alma que fincerameme os
bu[•
ca! No
hay
yá
que admirarfe de que no huviefe
he–
cho
fuerza
a
los Magos para dexar de reconocer por
Dios
al que
veían en tan humilde figu-rJ. ; ni la obf–
curidad del lugar , ni la pobreza de las perfonas , por–
que la Fé lo füplia
todo.
Y
qué es fino
falca
de
Fé
nueíl:ra infenfibilidad,
á
viíl:a de nuefrros mas fagra..
dos
M
yfrerios?
An
!
1Jli dulce Salvador: qué lecciones tan
impor~
cantes'
qué
exemplos tan eficaces encuentro en
vuef~
eros primeros
adoradores
!
Es pofible
que porque
yo