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E.
POTO
S.
RE F
L
EX
1
ON ES.
E
s
proprio del buen
zelo aprovecharle
de todo
para
b.
fa lvacion
de
las almas,
y
no acobardarfe
por nada. QQanto fon mayores los obfráculos , es mas
ardiente,
y
mas vivo. H,icer buenas obr;is,
y
no pade–
cer contradicciones , no puede fer. La paciencia es
la
virtud de profeúon de todos los hombres Apoítólicos.
Para convenir las almas fe neceúta fervor
y
caridad;
pero no fe necefüa menos prudencia, menos mortifi–
cacion, menos dulzura , ni menos humildad. Aguellos
zelos amargos , tumultuarios , impacientes , turban las
conciencias , irritan los efpírims, avinagran los corazo-
nes, pero nu nca !os convierten.
·
Por nombre de
·advenimiento de
]~(u- Chriflo
fe
entiende lo mu cho que el Sal vador hizo por la reden–
cion de las al mas ,
y
por nombre de
[te
Reyno
fe debe
entender el gran premio que tiene preparado
a
los que
no contentos con gu:irdar
la.
Ley , fe aplican
a
enfeüai:–
b.
a
los demás. Ambos fon moti vo.:1 poderofos para de–
vorar qua nr ci.s trabajos puede padece r el zelo Apoíl:óli–
co en el miniíl:erio de
b
fl lvacion de las almas.
Ni
luy
que acobardarfe por el poco fruto que
(e
faca. El
verd~d ero
zelo nunca es infruétuofo. Si no :ipro–
vecháre al pecador, aprovechara al Predicador.
l nflt1,
oportuna,
e
importunamente.
Tarde ,
o
temprano , po–
cas veces deja de fer eficáz. el zelo verdadero: Sembra–
mos
el
~/lno ,
y
no nos aflijamos porque fru éb fi que , ni
deje de fruébfica r. El zelo puro falo bufca la gloria de
Dios , y no la íuya.
Hay
terrenos duros , don de el gra–
no necefoa
nus
ti empo para prénder,
y
para brotar: es
rnenefter humedad ,
y
car idad,
y
con efo brotará
el
grn..,
Kkk
no
Dfa
XXVII.
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