'.DEVOTOS.
z
2 1'
En qué
os deteneis? Adorad le, feguidle, obfervad ef-
Dia
XIII.
(;rupulofamenre fus máximas. Pero
íi
no reconoceis otro
Sobt:t·ano Dueño que
a
Je(i.1-Chriíl:o , verdaderamente
q
1é
del iro mayor que fervirle con tanto difguíl:o, ofe n-
cc::rle
con tanta
fa
ilidad ' ponerfe en
fu
prefencil con
un poco refpero, y obedecerle con tanta repugnancia?
O
qué
r~prehenGones
can fangrientas me eíl:án aho–
ra dando mi razon ,
y
mi
Fé
!
Y
o os reconocia por
mi Dios,
y
por mi Sefior,
o
dulce Jefus mio! Pues có–
mo he podido fer tan ciego, can ingra[O, t:in indócil?
En efre momento cefa mi indocilidad,
o
mi Divino
Salvador
!
No folamente íe ré is el Dios de mi eípíritu
por una
fé
efpecubtiva,
y
eíl:éril: de hoy en adelante
con ven
er. n
mi acciones que fois verdaderamente
el
Dios
de
mi
corazon.
J
A CU LATORIA S.
Deus cordis mei
j
&
pars mea Deus in teternúm¿
Pfalm. 7
l..
Vos fois el Dic:>"s
de
mi cor:izon ,.
y
~tern:imento'
feréis mi reforo- ,
y
mi
ric;a herencia.
Nos credidimus
,
&
cognovimu
,
quia tu es Chriflt1j
Filius Dei vivi.
J oan.
6 .
Hemos creido ,
y
hemos reccnocido qL1e
vos
fois
Chrif!:o, H ijo
d
Dios
vivo.
P
R
OP
OS
1
TO
s.
Mponte defde eíle día una ley inviolab e de efrh
en
b
glefo,
y
de ponerte en prefeocia
de
J
u-
hrif-
10
con un profundo r fpeto, con
un~
iing
1
ar
mod~f- .
ua.