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EXErJ\.CICIOS
.. f:nero.
al enrendimienro humano, que te dé una. prueba.,. urt
caraB:er m:is
viíiblc, mas demofrrativo de
fu
Divinidad.
Para fiempre feais bendito, adorado,
y
amado.derod:is las cri:nur1s,
o
Dios de mi alma, que aG
os
dig·
n,1fleis
m:inifefhros
a
no(mros de. una manera, tan
fen~
fit>le. Pero qué dolor es
el
mio, mi Dios,
y
mi Seiíor,.
de
ha ve.ros conocido,
y
amado tan
poco haíl:a efre
di.a!.
PUNTO SE G.UNDO.
C
Onfidcra que quant0 es-mas
viíible la
bivinidacl
. de
J
efü~Chriftq,
tamo mas culpables Comos
n~
..
forros etl nueíl:ra falca de fumificm , de reconocimien..¡
~o
,
y
de refpeto. ·
Cienameme es
una
infigne locura no creer
fo,
que la Fé nos enfeña. Pero no es menos impiedad
creer l.o que nos cnfeña. la Fé ,.
y
viY:it contra lo mif.:
mo
q.uecreernos.
Ya no nos- habla Díos entre relámpagos, truenos,,
y
centellas: tampoco nos habla
yá.
por
la;
voz de los Pro–
f-etas. En efl:os n0vifsimos &iempos, dice
el
Apoíl:ol, nosi
habla por la boca. de fü mifmo Hijo Jefu-Chriíl:e. Pero
creemos bien qµe· es el mifino Hij.o de Dios el que
nos habla ? Nueflra obediencia.
a
fus precept0s , nuef–
tras wíl:urnhres, nuefüa c0n·cluéta
ha.
de tefponder
de
nueíl:ra
Fé.
Es
el
Evangdio palabra pura c:fe Dios: no hay
man~
'damiemo que no fea un decreto, no hay máx'.lma que
no fea -un Oráculo. Efla palabra de Dios, eíl:e Evan–
gelio debe fe r
la
única regla de nuelha condu8a. Se
'onforman con efia pauta
nu~íl:ras
rnltumbres?
Si
Bahl
e~
vue.füo Dios,
dice
el
Profeta,
qué haceis?
-
En