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c6 con una bella pofefion al acabar la primera Cam-
D ía
XII..
p:.lúa. Seúalabafe Benito emre los Soldados por
fu
va-
lor ,
y
entre los Conefanos por
fu
política , por
fu
afa-
bilidad , y por fus admirables prendas naturales ; pero
muy cfpecialmenre por
fu
piedJ.d , y por
fu
fingu lar
prudencia. Eílimado del Principe, honrado de los Gran-
des,
y
amado de todos, parece que 11lvia de abanzarfe
a
brgos pafos en Ja gloriofa carrera que havia empren-
dido , lifonjeandole el mundo con bs mas brillantes
efperanzas ; quando la confideracion de
una
fortuna.
mas sólida,
y
de una felicidad mas llena ,
y
mas digna
de un corazon verdaderamente gr:rnde , le Lizo renun-
ciar
todo
quamo
le prometiJ.n füs fundadas efperanzas-.
Herido del amor de
los
bienes eternos, y defeofo de
no fervir
a
otro
Amo que
a
folo Dios, dej6 la Corre,
renunció los empleos, apanófe de fos parientes,
y
hu-
yó de
fu
País en la fl or de
fu
juventud,
a
los veinte
y
cinco años de edad,
y
emprendió por de vocion el via-
ge de Roma. Correfpondió fielmente
a
todos los im-
pulfos de
fu
piedad. A vifra de aquellos Santos Luga-
res, bañados con la fangre de los Apóíl:oles,
y
de
can-
tos Manyres,
y
enriquecidos con el ceforo de fus fagra-
das
reliquiJ.s, fe infhm6 nuevamente el
fc
rvor,
y
el ze-
lo de
nueíl:ro Benito. Redobl6fe
fu
fé , hal landofe en
el
centro de la Religion ;
y
reverenciando aquella fama
CiL1dad ' c1ue havia fido rhearro
a
las viél:orias de
tan-
tos gloriofos Marcyres, ardia
fu
corazon con el defeo
del marryrio. Pero como
n0
renia otra regla para go·
vernJ.r
fü
voluntad, que la voluntad divina., encendicÍ>
que éfb. era de que fe refriruyéfe
a
fu
País:
y
afilo
hizo,
aun
con idéas
muy
diferentes que las de
fu
fa-
.mi.lia. No
pudieron
perfüadirle
a
qL1e
volviefe
a
dejarfe
ye~