EL CANTICO DE LOS CANTICOS.
.
liae Sion ,
Regem
Salomonem in
diadernate quo coronavit illum
mater sua
in
die
des ponsationis
il–
lius, et in die laetitiae
cordis
eius.
una guirnald a o corona sabre la cabe–
z a , l sAr.
L x r. 10.
y
esta se la poni an
sus madres . El Hijo de
D ids
q uando se
hizo H omb
por Jos hombres , ce lebro
sus desposo ri os co n
la I glesia ,
y fue
co ro nado con la H umani d ad o coo
Ja
c arn e q ue rom6 de las pu rf imas entra–
fi as de M arfa.
Y
esta cam e frag il
y
en–
ferm a se ll ama
corona
o di ad ema , por–
qu e con ella triumph6 de todos sus ene–
rni gos , de!' d emonio , d el pecado
y
de
l a mu erte ; dexandoJos. postrad os
y
ve n–
cidos a todos. E ste
fue
e l di a d e su per–
fel b
a leg rfa , porque
aleg r6se como
zm
gigante pa1·a correr su camino : P salm.
xv111 .
6.
y
sus de ticias o n es tar
y
con–
ve rsar con Ios hij os de los homb res.
1
Otra coro na r ecibi6 e l S<.: iio r so–
bre su cabeza , q ue
fu e
la de espinas,
d e o t ra madre m uy d ife ren te. L a I g le–
sia
convida
i~
almente a las almas fie-
al
Rey
Salomon
con
la
corona
i:
con
que le
coron6
su
madre
en
el dia de su desposorio,
y
en el
dia
de
la
alegria de
su
corazon.
les
y
compasivas' a que salgan a ver
. y
contemp lar al R ey p adfico co n aque–
ll a corona que puso sabre sus sienes u oa
m adre c ru el.J, la Syoagoga , en aque l mis–
mo di a en que muri endo por su E spo–
sa , consumaba
y
sellaba con su sang re
la.
etern a ali anza ,
y
los d esposorios in–
d iso lob les qne habi<1 contraido con ella.
E ste di a , aunque por lo .que mira a la
p arte in feri or e ra d e ansia
y
de tristez a.,
foe para su co razon el
de
mayor consue–
lo
y
aJ eg rfct , po rque en e l se cump li a
SU
obra , • como el mi smo Senor signific6 a
. sus Disd pulos , quando !cs
di ~o
:
Teng a
un. bautismo con
el
que debo J'er bautiza–
do :
~y
que
angu,rti.-i es
la
mia hast
a
tan–
to que sea cumplido ?
Luc . xn.
50.
Ul ti–
m amente
foe
ador
n adasu cabeza de o tra
coro na de inmo rta
lid.id
y
d e g1o ri <1 en
el
di <t
de su R es urreccio n.
H ebr.
11 .
9.
Psalm .
xx.
3 .
5. 6.
xx1x.
3. 5.
II .
CAPITULO IV.
El E sposo declarando la hermosura de su Esposa
,
testifica
el .
entra–
fiab le arnor que le tiene. Reconoce la Esposa
,
que todo quanta tiene
de bueno le viene de la liberalidad de su Esposo.
I
i
Ouam
pulchra,
es
ami–
ca
mea,
quam pulchra
es! Oculi
1:
Fue
de t anto gusto al E sposo Ia
6.:–
h or tacioo que hizo la E sposa a las hij as de
Si6n para,empefia rl as en su amo r, que co–
rno sorp h<.:: nd id o
y
Jleno d e admiracion,
p rorumpi6 encarec iendo Ja hermosura de
su Esposa , repiti endo p rimera
y
scgun–
d a vez para m ayor confirmacion
y
de–
m ostracion de lo
qu~
se nti a :
i
Que
her–
m osa· eres
,
am iga mia , que hermosa e–
r es
!
Y
porque no p areciese que la aficion
Je
cegaba ,
y
hacia
d ec ir como
a
bulto a-
1
j
Oue·hermosa eresr, ami–
ga
mia,
que
herfiwsa eres
!
Tus
que llas palabras , alaba en particular
ca–
da cosa comenz ando p o r Jos ojos, que
son en d onde mas se d escubre
la
belleza
y
amabilidad interior, y par donde entre
l as person as mas se comuni ca
y
enci en ie
la aficio n.
M .
L EON.
T us ojos ,
d ice ,
de
p .:domas.
Lo qu al d examqs ya e xp li cado
en el C ap.
I.
r
4.
En
los ojos se p ued en
entender Jos Obispos , los P relados
y
otros
que son como In spell:ores ,
y
vel an sicm–
pre en defensa
y
g uarda
de
la I glesia .