u
mites- dé
la
infancia ., ql:le
casi.ennada ,se dis–
tingue de
lo~
viviientes ·
ir~~ionale~.
Lo que
.unmai;nemte·
aoeiel ho;nbre HUqndo na,.ce ' es
l1ó11ad,
sien©o
aquellos llo1•os.
y·
lagrimas tristes
reliquias de la
I'l!!cédad
e
ignor:mcia del primer
h:ombr.e.
Esto
e13.lo·.que regµlarmente sucede
a
lós,hijoS-tie·Adán, qwmdo nacen..(
1 );
pero aquel
Dios,
cuya prnv'ideotia es incomprehensible,
dispone muchas veces , en c1:edito particular de
so Omnipoténcia, lo co
mrarioeq aquellos, que
elige.
y
dcistiría pal:a_que
se.anmirados,
o
admi–
rados eEI• él '.Óandelero de su Iglesia
~omo
un
prodigio
o
pOTtento de santidad
y
sabjduría.
Asi se vió en Tomás: nació nuestro Santo , no
como los demás hombTes ".lldrando , sino muy
alegre
y
risueño
i
con admiracion de todos (
2 );
y
aquellas lagrimas que no perdonaron
a
un
S::ilomón , por mas que nacía para ser el mas
sabio del mundo , no se vieron en aquel que
nació para ser mas que Salé>mÓn en la sabidu–
ría (3). Dispuso el Cielo que naciera Tomás
muy alegre
y
risueño; porque no era justo que
el
que nacía como Sol para dísip-dr las densas
nieblas de la heregía, naciera entre nubes de
la-
(1)
Sap. c. 7. v. 3.
(2)
Vidé Bris vit. D. Thom.
(3)
Innoc. VI. in Serm. de laud. D. Thom.