2.04
EL
HOMBRE
buÍr .desolaciones de una , ni
otl'á
parte, allnodo de lás
que
ha pade–
cido Europa en los
tienlpos
de nues–
tros abuelos;
y
si algunos E111pera–
dores hicieron castigos,
ó
persecu–
ciones contra los nuevos Christia-
110S,
(cuya creencia destruya la
a.
.aquellos
tienlpos)
no
Ve1110S
eh
las
Historias, que
esto
causase otro
daño, ni inquietud en
las
Republi–
cas,
que el
de los individuos sobre
quien ca;a la persecucion. · De que
se concluye con evidencia ,
y
sin
,
ninguna pasion ,
el
yerro
de
los que
han
querido
inlputar
á
la piedad del
Christianis.1110
la caída,
y
ruina de
la
dOlninacion ROlnana.
Y
porque
no
ha faltado
quien
talnbien la haya
querido atribuír
á el
havcr transfe..
rido
el asiento
del
Inlperio
Cons–
tantino ,
de
ROlna
á
la
Ciudad que
·por
él
tOlnó
nombre
de Constanti–
nopla, suponiendo, que esto quitó
,
a