,
.
104
EL
HOMBRlt '
Frio juici,o, creerlo en
fé
d~
él:
si
al contrario
nos
persuade éste
á
ser
falso, tenerlo por tal;
y
por
ul–
tin10 , quedarnos
ei-i
suspension ,
sin
deterlninarnos
á
lo
uno, ni
á
10
otro, sie111pre que sean
proble!11a,~i
cas
las razones que por entram;;"
has partes hallelnos para creer ;
Ó
dexar de creer.
Y
porque para ev'i":
tar
los inconvenientes de engañar;'
ó
de
ser engañados,
y
pode~
hacer
los afros de prudencia referidos,
es
preciso saber la propriedad de
lo
que
.
.,
'
se
dIce"
o de
lo
que se
oye,
de~
xando la enseñanza de ésta
á
el qüc
3.10S
la diere de la lengua que
habla~
r110S,
direInos solo por rnayor, que
lo que en todas sirve
á
la sibia des"!'
(:onfianza , es el conocinlÍento de'
que todos
los
tratos, palabras ,
y
cosas hlunanas, se reducen
á
esto's
tres principios, cierto, falso,
y
dQ.~
4.oso;
ó
'Como
si dixeramos, .
afir~
ma.~