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59.
Hombres existen que, buenos al parecer, son emi–
nentemente malbs: con frecuencia se cansan, se fas–
tidian, se aburren, sin motivo, de estar en contacto
con sus semejantes.
60.
La envidia es heraldo de la bajeza de alma;
y,
por
lo mismo, la cualidad que más envilece.
61.
La vida social es una ciencia dificilísima. El que
se propone estudiarla debe principiar por connatu–
ralizarse con la idea de la animadversion de sus se–
mejantes.
62.
Debe medirse muoho el que habla mal de una per–
sona de reconocido talento: podrían ser sus palabr.s
tomadas como la erupcion contraproducimtem de la
envidia.
68.
Para moralizar
á
las sociedades conviene patenti–
zarles incesantemente,
y
muy
á
lo vivo, la maldad
ingénita del oorazon humano.
64.
No se puede concebir cómo no sea muy bueno un
hombre que tenga gran talento
y
vasta ilustraoion.
65.
Los escritores satíricos
y
mordaces se han pro–
puesto que se los crea enemigos del género humano;
porque no desperdicinn ocasion de hacer estallar el
odio que los devora.