JUEGOS FLORALES
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de seis cañones \le
a
veiuticnnl1
O,
(lispnrados á la
vez; ese
honi~ono
estrueudo
f11é repercutido do
nna
m.anera impouente, por todos los montes cir–
cun\·ecJuos.
A
esta señal, ln'i campanas <le la ciudad fne ·
.ron eohadas
á
vuolo,
y
p_:.trece qno se complacían
·on
coutm·
ñ
lnH
nn~l#',
cou
su
souoro eco, las ale –
grías
<la In
tierm.
D.>~
batallones de infant.erin
y
un
regimiento
de caulll lería, de la
2~
tlivisi6u del ejéreito colom·
hiauo vepoe<lor eu 'Ayncucho, con el mejor
nu1-
fonne
lle para•la, fue.rou dosplegaJos en gnerri–
lla, formando calle,
P"~"
to•lo el trayecto qne debía
segnie la comit.i
va has ta
IP.
mlsa
tle gobierno;
a~
pasn1·
el Libert.aJor
~')o¡·
eut1·fi nmbas
fila.'ó1
1
l)l'e~en
taban
la1:1
armas
y
batían
ni
mil'lmo tiempo
come- .
tns,
tamborell
.y
bandas de música, una mnrcha
tuiunfal. La más gl'at.a. bieuveuidn qne recibió el
Li-bertador
eu
Potosl,
fuá
la
Lle
los venceLlMes
de
Ay<lcncho, sns
amados compañeJ'OR,
coparlÍ<!'Í-pe!:l
Clo
8ns fatigas
y
de sn gloria.
"El
gozo, el muot·
y
.el entusiasmo,. tlice el General 0' Leary,
s~
ro–
t:·ataban
en los
semblante~·
<le los veteranos al vet·
de nuevo
al·
jefe idolatrado.;
y
no eran menos in ·
teosos los seulimieulos
de
este,
ni
recibit• las sileu–
dosas cmtgrntulaciones lle los soldados
á
qnieues
tanto tlehía -la A1uét:ica''.
La
b"6llt~ ~e
Rgalpaba
en
todas las esq1liuas
é
invadía
la~
aceras, si'3udo
im-potentes las gn·e··
trillas
para contoner el tumulto, las cuales
á
sn vez.
eran viotimas
<.le la
estreehe~
y
sofo.;adón consi–
guiente
a
·aquel gmn hacinamiento d6 in•Hvídnos.
Ardieutos vivas brotaban
ii
la
vez,
do
más de cua–
renta mil pechos.
Las- cnlles qne debía recorrer Bolívar presen–
tahRn
eu aquel día,. un aspecto alegre
y
encanta-