'
..
...~
1
LIBRO
V. CAP. XXXII.
1 1~1
tarle lqs ojos amorofos del Señor , fue valen tia de la gracia.
(i)
Y
aJSi
en
tanto grado, aunque fue culpa
el
caer, no fue culpa
el
bufca.r,
.y
el
feguir al Redentor , que yo entiendo , que
el
le–
vantaffc~
tan fuerte , y tan entero ,
y
tan pcrfeéto,
y
tan fanto,
fue
p~·rque
figuió al Señor hafia que pudieífe fer curado de fus
ojos fo&eranos ; pues no ·paró efie valerofo Apofi:ol , hafi:a que
l1 allaífe
el
ren1edio, dentro del 1niúno peligro : no paró
haíl:a
que
le
vidfe
fu Ma.efi:ro,
y
por 1néritos,
y
culpas ,
y
por ca1ni–
nos, y fendas , y precipicios ,
yá
cayendo , yá levantando, no fe
detuvo hafi:a llegar
á
ver
el
rofl:ro dulcifsitno de Jefus;
y
los ojos
de San Pedro , no pudieron contenerfe hafia ver ,
y
fer mirado
de
los ojos de Jefus.
6
Pero no de cfi:a manera
el
perverfifsimo Judas, que afsi
t omo dejó prefo
á
fu Maefi:ro , nunca mas volvió
á
mirarlo,
ni
á
bufcarlo ,
y
fe fue
á
ver las malditas caras de los perverfos
Efcribas ,
y
Far·séos;
y
afsi, huyendo de Jefus , que es..
el
reme -
dio de las alm s, (donde habia
de
p~rar ' el
defdichado fügitivo de
la vida , Gno en u a
ete~ 1u1
muerte?
filltimam~nte ponde~an
to_-_
dos-los Santos , de la caíd.a de San Pedro ;
que
ue la menos da–
ñ ofa,
y
n1as util que ud-0 fer paira
el
mqndo,.
(j)
Pqrque la
de
Lucifér nos ofresi-6 ·nfinito enemi o.s, qua .
t
s fon los Ange–
les, que cayeron , llevados de fu fo6erbia :
~a
de Adán, que con
n1enos ocafion que San
Pcdro~ayó
de raq!Jella:primera gracia, no
hay duda , que nos 'dejó una herencia univerfal de miferias ; pero
la de San Pedro , aunque
.á
sí
mrtrrio
'~fue
dánofa , aquellos infl:au(·
tes breves en que negó; pero fue utilifsi:ma pai:a hacer en
fi.1
ca–
beza piadofos ,
y
fuaves, y clementes
·á
todos los Superiores de la
Igleíia Univerfal,
y
para ofrecer efcarmiento
á
todos los hijos de
ella ,
y
mas
á
los Sacerdotes,
p~ra
que temamos
,-y
nos hu1nille-
1nos ,
y
te111ble1nos ,
y
lloré1nos. Pues
.G
San Pedro tan tierna–
mente lloró n1as de treinta años un delito ·momentaneo ; nofo- .
t ras con t3.ntas culpas , y que tantas veces lo ilnitamos al caer,
·quan juíl:o es lo·imitemos infinitas al gemir , al fufpirar ,
y
al
llorar?
(i)
D. Chryfo!l:. D. Hieront loe.
fup.
cit.
cap. 39.
ntun.
4.
:U>
D. Ambr. ap. Maldon.
ln
Matth.
26.
P
art.
II. del Tom.
II.
Q_z.
LI~