y
Mesa, en 1801,
y
en
fin,
notable, en aquel tiempo, por su inteligencia
y
su
saber.
Mucho le agradeceré esta pesquisa que le dará «al César lo que es del
César»,
y
si al Perú le debe su nacimiento, estas regiones aprovecharon su
valor.
Complacido siempre con el honor que me dispensa con su amistad
y
correspondencia, lo saluda atentamente
y
con aprecio.
Adolfo P. Carranza
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