Previous Page  39 / 206 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 39 / 206 Next Page
Page Background

33

C

ONOCIENDO LA

B

IBLIOTECA

:

ESTRATEGIAS PARA APRENDER A ORGANIZARLA

gestión del doctor Basadre, se introduce el uso de la

estantería de acero, el local queda en el mismo lugar por

razones históricas, sin embargo, se consideró necesario

que se descentralizara la biblioteca, con sucursales en

diferentes puntos de la ciudad. Por otro lado, se inicia la

era de las publicaciones bibliográficas, que aún perviven:

el

Anuario Bibliográfico

, el

Boletín Bibliográfico

y la

Revista Fénix

, además se organiza las áreas de ingresos,

clasificación y catalogación, consulta y lectura,

investigaciones bibliográficas y de niños.

En cuanto al personal se consideraron tres grupos: los

profesores y especialistas, formado por los egresados de

la Escuela de Bibliotecarios, o de otras escuelas del

extranjero, y personas que hubieran publicado obras de

reconocido valor bibliográfico; luego otro grupo de

personal capacitado por la Escuela de Bibliotecarios; y

el tercer grupo formado por personal de oficina,

auxiliares, mecanógrafos y de apoyo administrativo.

Asimismo se consideró incluir un museo en el

Departamento de Investigaciones, que debía reunir, en

vitrinas especiales, los incunables, códices, libros raros,

una mapoteca y una sección destinada a estampas. Se

añade la prohibición de exportar documentos inéditos,

libros, folletos o colección de periódicos sin permiso del

Ministerio de Educación.

En esta etapa, la labor del doctor Basadre fue titánica y

acuciosa, consiguiendo libros a través de la compra,

donativos y canjes. Entre estos tenemos la primera

edición de

La Crónica moralizadora de la orden de San

Agustín en el Perú,

de Fray Antonio de la Calancha, la

primera y segunda parte de la

Historia del Perú,

de Diego

Fernández, de 1571, la edición original de la primera

parte de los

Comentarios Reales,

del Inca Garcilaso,

editado en Lisboa en 1609.

La Biblioteca Nacional de España y la Real Academia

Española enviaron valiosos donativos, de igual manera

México y los países de América Central, no podemos

olvidar mencionar el donativo de la Biblioteca

Apostólica del Vaticano, que consistía en cien

volúmenes y las

Reglas de Catalogación

preparadas por

ella misma.

Reconstrucción de la Biblioteca Nacional

del Perú en su primera etapa.