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Al
campo.
(FRAGMENTO DE UN POEMA INÉDITO.)
Al campo! al campo!- la ciudad mJ enoja.
Esas tristes paredes do refleja
La lnz solar interna, ardiente, roja,
No
quiero ver, ni del balcon la reja
Donde una flor cautiva se deshoja,
E
inclinándose lánguida, semeja
Suspirar por la alegre compañía
De sus hermanas
en
la selva umbría.
Al
campo!-digo yo como Tancredo:.
Mas no, en verdad, al campo
de
batalla,
Donde el tronar del -bronce infunde
miedo
I
el zumbar de la bala i la metralla;
Ni
al
campo donde el Mrbaro den:iedo
De un falso honor, teutónica antigualla,
Dos pechos pone
ft
dos contrarias puntas
Por ofensas reales o presuntas;
Sino al campo
que a1egrn
fuente
pnra
Con el rigor de su cristal parlero,
I
de la selva
a
la hospital verdura,
De
paz
i holganza asilo verdadero;
Do el anra entre los árboles murmura
I
In
diuca revuela i el jilguero,
'
O de
trémulos iris coronada
Salta del monw al valle la cascada.
A la colina que al rayar la aurora
La ciudad nebulosa me descubre,
•Mientras el suelo en derredor color·a
De azules lirios j enfal octubre;
Do fresco baño el rio
i
mujidora
Vaca me ofrece su cargada ubre,
O salgo envue1to en poncho campesino
A respirar el aire matutino.