DE SAN AGUSTIN.
2
7
I
xó:
r
VENGA SOBRE MI;
SEÑOR,
VUESTR./.l
MISERI-,
CORDIA.
Si deseamos pues sáber
qué misericordia sea esta , oigamos
lo que se sigue :
VUESTRO SAL–
V ADO
R,
SEGUN 1-'UESTRA
PALABRA;
porque fue prometido
todo esto por aquel,
que
(
1)
nombra
las cosas
que
no están como si
estu–
vieran
;
y
d"e
hecho no exístian aun
aquellos para quienes se prometió,
á
fin de que nadie se gloriase de sus
méritos.
Nada
menos fueron prome–
tidos tambien aquellos mismos (
2)
para quienes se hizo la promesa,
á,
fin de que todo el cuerpo de Chris-
.(r)
Rom.
4.
17.
(2)
Es
á
saber los predesti-
1
nados , para quienes se
prometió
la
gracia ,
y
la gloria.