DE SAN AGUSTIN.
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9
que
deeia
(r):
buen Maestro, qué ohras
úuenas tengo de hacer para conseguir
la
vida eterna?
Pero
cómo se puede
decir que le buscó con todo el co–
razon , si habiendo oido su consejo,
prefirió las propias·
riquezas al
con–
sejo ,
y
se fue lleno de tristeza? No
es así,
por
el contrario, que el Profe–
ta
Isaías dice (
2) :
buscad al
Se1ior,
y
·
qu_ando
le encontráreis.,. dexe el im–
.
pío sus caminos
,
y
el hombre malva–
do sus
pensamientos~
Segun esto , los impíos, los mal–
vados buscan
á
Dios, para que ha–
llándole dexen de ser impíos ,
y
mal–
vados. Pues cómo serán ya bienaven–
turados quando escudriñan sus testi-
{1)
Mat.
19. 16.
(z)
lsai.
;;.
6.
Eiij