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(Jl,'rtH
de'
.
Deste,
cuya
excelencia
el
mundo
cmt:r,
Cuyo
valm quebranta
al
Turco
fiero.
Aquesto vió Severo por sus ojos;
Y no fueron-antojos
ni
ficciones:
Si oyeras
~us
razones,
yo.
te
digo
Que·como buen·testigo le creyeras.
Contaba
muy
de veras,
que
mirando·
Atento,
y
contemplando las
pintura!',.
Hallaba en las fi
guras tal destreza,
Que con mayor
~ive.zano
pudieran·
Estar, si ser les dieran viv·o
y
puro.
Lo que
dellas
e1curo allí hallabti,
Y el
·ojo no bastaba
á
recogello,
El
rio
le daba dello gran
noticia.
Este
de la milicia, dixo
el
rio,
La cumbre
y
señorio
tern~
solo
9et
uno al otro
polo:
y
porque
espante9
A todos quantos cantes los famosos
Hechos· tari gloriOsos, tan ílustres,
· Sabe que en cinco lustres
de
sus años
Harátan tos engaños
á
la muerte,
Q.Qecon ánimo fuerte
habr~
pasado
PoF
quanto aquí pintado dél has
visto.
Ya todo lo
has
previsto, vamos fuera,
Dexa'rte
he en la ribera do estar sueles.
<l8icro ·que me reveles
tú
primero,
Le replicó Severo,
que
es
aquello:
· ~e
de mirar en ello se me
ofusca
La