Garcilcúr1:
8
3
De
la
fiera
·ca
rta'go
y
de
~u
mu ro;
Y del terrible
y
~uro
su caudi11o,
(*)
Cuyo agudo cuchíllo
á
fas
ga1~gantas
Italia
tuvo
tantas
veces
puesto.
Mostrábase. tras esto alli esculpida
La ém'bidia carcomida,
á
sí molesta.:
Contra
Fernando
puesta
frente
á
frente ·
La desvalida
gente eonvocaba,
Y contra aquel
la
arm~ba
;
y
con sus
arte~
Busca por
t_odas
partes
daño
y
mengua.
El
con su
mansa
lengua
y
largas manos
Los túmultos livianos
asentando-_
Poco
á
poco iba
alzando tanto
el
vuelo,
<ll!e i'a
embidia
en·el
Cielo
le miraba;
Y
como no
bastaba
á
la
conquista,
Vencida
yá
su
vista
de tal
lumbre,
Forzaba
su
costumbre,
y
parecía
Qge
perdon
le pedía en tierra
echada.~
EJ,
~espues
de pisada,
descansado
~edaba
y
aliviado
de
este enojo:
Y lleno del despojo ·desta
fiera,
Hallaba en la
ribera
del gran ·rio
De
noche,.al -puro frio del
sereno,
A César, ·que
eq
su
seno está
penoso .
Del suceso dudoso desta guefra:
·
~e
aunque
de sí
destier~'a
la tristez.a,
Del caso la grandeza trahe consigo
El
pensamiento amigo
del remedio• .
e~)
Anibal.
G
3
En ~