DE o&~STRONOMÍA.
san
él
sol por su centro , que eri las que se reparan cerca
Fíg'\
de sus polos. Basta esta regularidad para manifestar que
es-
tas manchas s6n adherentes al cuerpo del sol ,
y
que no
tienen mas movimiento que el movimiento del sol al
rede-
dor de su
ege! Luego
las manchas
prueban
la
rofaciori
del
sol. ·
r
6
·o
3·
Las·
manchas ·
del
sol "p·arecen
en
et
bon
de
de
su
ctisco estremadamente angos tas , como un rasgo
muy ·
sutil,.
de _donde se sigue que tienen poca altura,
ó
.por mejor de–
cir , que están en la. superficie misma del sol. Sin embargo~
hemos de considerar que
aun
quando tuviesen mucha al–
tura podría suceder que no páreciesen en el borde ,
ó
en los
e
tremos del sol , porque no tienen luz alguna,
y
no se vén
sino quand0 interceptán la luz del disco solar ; pero si tu-–
vieran alguna altura , se vería toda su altura así que llega–
sen
á
estar proyectadas sobre el sol.
6
o 4
Algunos Físicos creyeron al principio que estas
manchas del sol eran cuerpos sólidos que hacían sus revo–
luciones al rededor de este astro. Pero si esto fuera verdad,
las manchas nos ocultarían con poca diferencia
la
misma
porcion del sol en sus bordes que en su medio ;
y
el
tiempo
que parecen sobre· el sol sería mas corto que
el
tiempo
_que desaparecen , siendo así que observamos que estas man–
chas tardan el mismo tiempo
en
andar la parte anterior del
sol , que la posterior. Finalmente , estos planetas no podr ian
hacerse invisibles años enteros,
y_
_hacer
sus
revoluciones en
el
mismo
inter~_alo
~e
tiempo.
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Ca-