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·ció que se
havia
explicado bastan.;.
te ,
y
que aquella dudilla que
la
quedaba se desvanecería por sí mis~
ma , inudó de conversacion. Esta
muger hizo lo mismo;
y
enamora..,.
da de
la
doél:rina del Salvador ,
sin
hablar mas del agua., dejó su can–
taro junto at pozo,, para ir
á
decir
á
sus paisanos :
Venid
á
vér
á
un
hombre, que me,ha dicho. todo quan–
to
hasta ahora ha pasado pr;r mi;
y
que no puede menos de ser Chris–
to.
No lo dijo dudando; sino para
inducirlos
á
creer lo que ella creía.
¿Acaso dejó al Salvador, como lo
hacen aqui sus propios Discipulos,
con el pretexto de aquella agua,que
aún parece no havia ~lla entendi–
do bien
?
No. Ella bien conoció,
que no era nada de esto. Nadie
tampoco la desató su duda ;
y
si
pudo quedar alguna sobre este pun-~
to ,
en otro lugar la desvaneció el
Evangelista , quando despues de
haver referido el Sermon de nues..,.
tro
.Sal
v~dor , semejante '
á
los qu~
:J
,
ha-