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tros. Qi1ando
yo
estaba
co11
ellos
les
conservaba en
tu
nombre. Guardé los
que me diste ,
y ·
ninguno de ellos pe–
reció, sino el hijo de perdicion,
Judas
Iscariotes,
para que se cumpla
fa
Es–
critura.
Mas ahora vengo
á
tí-;
y
digo
esto
estando aún
en
e1
mundo,
para
que ellos tengan
en
sí mi~mos
la
pleni–
tud de mi gozo.
Y
o
les
he dado tu
pa–
labra, y
el
mundo les aborrece, porque
no
son del mundo, como yo tampoco
soy del mundo. No pido les saques del
mundo , sino que les guardes del mal.
No son del mundo, como tamp<?co yo
soy del mundo. Santificalos
en
la ver–
dad.
Tu
palabra es
la
verdad. Asi co–
mo
tú me erhbiaste al mundo, asi yo
tambien lo~ embio al mundo. Y yo
me santifico
á
mí mismo por ellos,
para que tambien ellos
sean santitica–
dos en
la
verdad. Y no pido solamen·
te por ellos , sino
tambien
por aque–
llos que han de creer en mí por me–
dio de tu palabra: para que todos
sean
uno , como
tú
'Padre ,
estas
en mí ,
y
yo
en
tí,
para
que
tambie11
ellos
seatt.
X3
uno