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nústranos co
n ,tusluces
en las s<;>nda,s
CÍ.elsaber
y·haz que ,se
pamos temer
del
Sef10r sus justas iras.
Tn qn e
hRr.estnntos
prc cl igi ~s
que ali
vias toda ama rgua
mirarás ron
~nás
t e1·nñ ra ·,.
al que ,te
v~sita
n.qüí.
Por'eso madr13
qu~bi cht
Tns gracia s son inefables
(:on ansia V€llgo
a
bu::;c:n te
y eíi raz tu intercesión,
mis pe:;;ar;e · (Lc:oiJtarte
y
así nuestra saLyaeión
¡ay! .. a llorar ante
tí.
por Tí hemos de conseguir.
·
<
•
•
Los que no tienen
la>
didt<1
Entregamos (!On ternura
ele verte en tu San t11 ario
en tus brasos nuestra
su~r-
siquiera t u ese.
l}llln' o
..
>·
te ll evan ron fé
y
devoción :
.
y en el tmnce de la muerte el soldado en ·los
combate~, ·
.
nonos dejes Madre nuestra. el navegante en los Jn,a.res ,,
eJ.
enfermo en los pesares
,;
(J;.,a· traducción aymara)
t e invocan de.coi.'azón.
'
1
Salve
l2
Q\\isiera la melodía
y 'la
YOZ. de un querubín
para. r:antar a María
himnos en su camatín.
Es proverbial en el ümn clo
' clR
tus milagros la fama ;
¿qnién al verte no derrama
ropim;o 1J anto ·a tus pies ?
·
Qué pec-110 no se enternece?"
viendo tu pecho glorioso
·
y sien te a.lgo misterioso,
que inflama todo
~u
s6r?
Yírgen de Copacabana
Cuántos cieg-os peca.C1ores,
al
fin,
c,nmplo
mt
des~r
cnúntos hombres
d<lsCJ'éídos
pues
a
tllll plantas me veo no han sa.lido t Oll\'el'ticlos
ll eno
ele\
toda. emoción,
con solo tu imá.geu ver ?
\lengo confiado a ponerme en esta t n 1Jisdna santa
bajo t u amparo
y
abrigo
el que ll onL es consola<lo,
y
a desahogarme cont igo
el enfermo
<-'S
a.li.dado
mi a.]1enaclo cOl'azón.
¿quién no rc>cibe algnn bi(•n