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que es el mayor de los cuadrumanos de

nuestras selvas; el

huaso

o venado, el

anta,

o tapir, el oso negro, el

ioche pintado,

el

ioche colorado,

el

teión

solitario y el de

tropa; el

baboqueri

o chancho montés; el

iabalí

o chancho de tropa; la

capihuara

o

conejo de agua. Entre las aves: el

mutún,

las pavas

roncadora

y

campanilla, la colo–

ma.

Entre los animales no aptos para la

alimentación del hombre se hallan: el

tigre

o jaguar, el

tigre castaño

u onza, el

· oso

bandera,

el oso hormiguero o

guarayo,

el

lobo de río.

El ave de mayor tamaño es el

águila negra,

armada de grandes espolones

con que causa verdaderos estragos eR las

tropas de monos silbadores, maneches y

marimonos. En los bordes de los ríos am–

bulan los

lobitos plomizos

de fino pelambre,

y el

lobo castaño,

más o menos como un

perro común, en número tan considerable

que significa un peligro para quien no esté

prevenido. Hay tortugas de tierra y de agua,

cangrejos y camarones o

mapihuas.

En los

l"Íos abundan los siguientes peces: el

sába–

lo,

el

SZfche,

el

mamoré,

el sapo o

pacú,

la

palometa o

piraña,

el dentón o

surubí,

el

general,

el

pintado

y el

toro,

que son los

más grandes. En los ríos que desembocan

en el Beni se encuentran la

raya,

el

yacaré,

y

el

caimán.

Garzas, gaviotas, patos

y

una

gran variedad de aves pescadoras pueblan

)

el curso de . los ríos, así como los árboles

están poblados de loros, papagayos, tuca-

Midiendo la extensión descampada para la pista de

aterrizaje de aviones, en la población de Ixiamas.

nes,

tunkis,

carpinteros y

uchis,

que alter–

nan con el diminuto

leoncillo,

el

chichilo,

la

ardilla,

el

sanchico,

el

perico ligero

y

el

oso melero.

En el curso superior del

Madidi se encuentran graciosas cuadrillas

de

perritos salva;es,

activos eazadores y su–

mamente bulliciosos. Constituye una plaga

en las barracas y lugares habitados la

presencia de enormes vampiros que se nu–

tren de la sangre de los animales domésti–

cos y de ·la gente

qu~

no tiene la precaución

de dormir bajo mosquitero. Los reptiles

presentan la más variada y temible colec–

ción: lagartos venenosos como la

salaman–

dra

y

la

salamanqueia;

víboras bravísimas

como la

pucarara,

Ia

loro,

la

ciega,

la

po–

ronchile,

la

sapo,

la

plateada,

la

atigrada;

y

como reina de los ofidios, la boa cons–

trictor o

sicurí.

LA VIDA HUMANA

RAZAS Y POBLADORES TíPICOS

Ninguna novedad ofrece la referencia a

los escasos pobladores blancos y

sí,

más

bien, debemos prestar mayor atención al

terrícola nativo: el

tacana,

y

el hombre to–

davía bárbaro y felizmente en número

muy

reducido, que es el

chama

o

guarayo.

Es asunto averiguado que el

tacana

de

los pueblos iturraldinos, el

maropa,

de los

reyesanos, los indios

toromonas y araonas

y aún los

guarayos

del Madidi, con sus res–

pectivas lenguas, provienen indudablemen–

te de un origen común, no otro que el pri–

mitivo

leco

hoy confinado a la zona fluvial

Mapiri- Guanay- Beni; y

elleco,

a su vez,

del guaraní milenario.

El tacana es el poblador casi absoluto

de los cuatro cantones de la provincia Itu–

rralde, o sea, de la parte meridional; en

cuanto a la zona septentrional, limítrofe

con el departamento Pando, es el foco de

los indios

cavinas, toromonas

y

mosetenes,

sin que esto excluya la presencia de grupos

tacanas.

En general, el

tacana

de hoy está civili-

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