costo de ser remitidas por encomienda aérea
hasta La Paz; como ejemplo, se ha com–
probado que las piñas de tamaño grande
dan alrededor de un litro y medio de zumo,
y que las buenas naranjas suelen rendir
hasta 120 cm
3
de jugo almibarado.
La coca representa el capítulo más im–
portante de la economía caupolicana. Se la
cultiva en los valles occidentales de Apolo
y en varias zonas de Atén y Santa Cruz del
Valle Ameno, en condiciones tan poco es–
meradas que determinan la corta duración
de las plantas. A pesar de las dificultades
de transporte, en 1945
~alieron
por· Pele–
chuco y otras vías de menor tráfico 6.837
tambores
de coca con un valor de bolivianos
7.349.775 (cada tambor pesa 22 kilos), y
el año 1946 fueron controlados solamente
en Pelechuco 5.603 tambores, con un valor
de Bs. 5,904.579,50.
Los cañaverales están situados principal–
mente en el curso del río Machariapo y al–
gunos puntos del Tuiche, existiendo otros
cultivos aislados en varias regiones. Con to–
do, los plantíos son relativamente extensos.
La caña, de la cual hay varias clases, des-
El Nazareno, de la iglesia de Apolo, tallado en
madera.
arrolla en algunos lugares de 3 a 4 metros
de longitud, aunque en años recientes se ha
presentado una plaga, el
polvillo,
que seca
las plantas al comenzar su crecimiento. Ll!
caña de azúcar se beneficia en estableci–
mientos de primer orden que producen ex–
clusivamente alcohol; los trapiches produ–
cen aguardiente y
chancaca,
que suple al
azúcar. Este producto no se lo elabora, por–
que rinde a los hacendados menor utilidad
que el alcohol; por eso se consume
solam~n
te azúcar extranjera o, por lo menos, del
distrito del Mapiri.
El cultivo del arroz está librado a la ini–
ciativa de los indios, y la producción
anual cubre las necesidades del consumo
interno. Se hallan localizados los arroza–
les en
/rimo,
de donde se proveen los ha–
bitantes de Atén y Apolo y en la vega del
Tuiche, con destino a Santa Cruz del Valle
· Ameno y Pata.
El cacao, aunque silvestre, es de alta ca–
lidad; no es objeto de cultivo especial sino–
en los cañaverales, donde se lo atiende co–
mo una pequeña industria suplementaria.
GANADERíA Y CRíA MENOR
L~
gran planicie de Ulla Ulla está den–
samente poblada de alpacas, cuya lana se–
expende generalmente en Cojata (Perú) ,.
adonde se la exporta sin control fiscal al–
guno. Hay también rebaños, poco nume-·
rosos, de ganado ovino. Son raros en esa
región los ejemplares de vacunos.
Los pastales de Santa Cruz del Valle
Ameno, Apolo y Atén puede sustentar mi–
llares de reses, como en épocas pasadas;
pero al presente sólo quedan en total, unas
3.000 cabezas. Es de advertir que en esos
lugares el ganado está exento de epizoo–
tias. Cada año salen de Apolo más o menos
400 cabezas con destino a los minerales de
Tipuani y las haciendas de Mapiri. Esta
merma y las 1.200 reses que se derriban
aproximadamente cada año para el consu–
mo, se reponen con el ganado procedente
de Reyes. Los pastizales de Apolo son insí-
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