Una bellísima vista· del Santuario de Copacabana, desde el calvario.
Luego tenemos, en la misma región, las
de'
Huarahuarani, Antascocha,
y otras..
C L 1M A
Por lo general, es bastante frío y húme–
do en el verano, debido a la proximidad
de la hoya lacustre y de la cordillera con
abundantes ciénagas y arroyos que hacen
fértil el suelo de Omasuyos (nación del
Agua, en aimara), muy apropiado para
la agricultura y la ganadería. En cambio,
en el invierno es notable por la sequedad
del aire y su baja temperatura, sobre todo
en el momento de la puesta del sol. De con–
siguiente, hay una separación marcada de
ambiente entre el día y la noche, pues de
un momento para otro el termómetro pue–
de bajar algunas decenas de grados tan
pronto como el sol desaparece en el hori–
zonte.
La variación atmosférica es mucho más
marcada en tierra firme que sobre el lago,
pues en éste la temperatura no varía más
de seis grados a tres en el mismo día, mien–
tras que en Achacachi, pongamos por ejem–
plo, se la experimenta de trece grados a
dos, debiendo advertirse que la variante es
uniforme en toda la
~ona
ribereña del J:'i–
ticaca.
Los vientos son mu)' variables; durante
el invierno soplan generalmente en direc–
ción noroeste a sureste; en verano por lo
general del sud y del este. En ocasiones son
tan violentos que o·riginan fuertes tempes–
tades, particularmente en la región la–
custre.
Las lluvias y las tempestades son muy
raras en invierno; en el estío, al contrario,
son frecuentes y con bastante violencia,
marcando una intensidad considerable en
la mayoría de los casos.
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