Table of Contents Table of Contents
Previous Page  128 / 232 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 128 / 232 Next Page
Page Background

J

o

R

G .

E

I

e

A

z

A

Quizás guiados por la1curiosidad, una tm-de los pequeños inte-·

rrogaron al indio:

-¿Afilando machete está, taitico?

Aquel primer

pa.so

sin mayores consecmmcias •abrió un am–

biente de complicidad, al amparo del cual se fueron reproducien–

do las preguntas, cada vez más tinosas:

-¿Machete bonito, no?

-¿Bueno, no?

-¿Afilado duro, no?

-¡Toquemos!

-¿Para cortar? ¿Para cortar ... ?

-¿Para cortar qué pes, taitico?

-¿Arbol será? ¿Rama será? ¿Puerquito será? ¿Borrego se–

rá? ¿Qué será pes, ta'itico?

-¿Qué será? -insistieron los mellizos con bondad pegajosa

en los ojos

y

timidez juguetona en las manos.

Acorralado por aquellas impertinencias, un día el indio aflojó

su

secreto, asegurándose no ser oído por la mujer.

-Esto ca. . . ¡Esto ca, para matar a taita diablo blanco, es!

¡Para cortar el pescuezo! Si le t rinco en ·el bosque ca, no ha de

quedar ni los pedazos. ¡Sangre h echo chorro! ¡Carne hecho ñu–

to! Toditicas ha de pagar. ¿Taita diablo blanco, no? ¡Carajo!

124