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añádele un poco de cardenillo,
y
guárdalo, para que lo uses en toda
clase de heridas, aún encanceradas, ronchas y demas.
PURGA CAPITAL PARA LA CABEZA.-Dos onza:s de jarabe de lechuga,
semilla de cardo santo un adarme, y esta semilla se echa en ocho
onzas de gua de borraja; se hace un cocimiento de modo que des–
pues de él queden siempre las ocho onzas de agua cocida, y se cuela ;
á
estas ocho onzas se le agregan las dos de jarabe de lechuga, y un
terron de azucar poco mayor que una nuez grande. Si á las nueve
del dia no ha hecho operacion la purga, le darás la misma agua,
como ocho onzas, con la misma cantidad de semilla de cardo santo,
la que deberá estar antes preparada.
Esta purga surte maravillosos efectos, porque purga la flema, la
cólera, la melancolía, aumenta la vista, la memoria, deshace gomas;
y
con esto se prueba que purga los tres humores; aprovecha
á
los
tullidos, es buena para batir la corrupción y veneno, hace venir el
menstruo, limpia de todas las pestes viciosas de la madre, destruye
los flato
acir
a orina, gota coral, perlesía, convulsion de ner-
se alivian
este r medio.
mea o e icaz ; pero para
curarl
echa en el dia, la
cantid
8.e gallina, esprimida
muy l
:J.ieo o el suero, despues
se pon
o,
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i
d
ueva, al fuego lento
se hace
e re
i
o derretida sin hervor se le vá echando
poco a poco espíritu de vino, hasta la cantidad como la octava par–
te de la cuarta que usan los pulperos, y se ha de estar continuamen–
te meneando con un mesedor de madera, hasta que queden bien
unidos ámbos simples, despues se aparta del fuego; y tibio harás
uso del modo siguiente: Antes de todo; ténganse preparados bastan–
tes lienzos usados, bien hervidos en legía para quitarles toda crasi–
tud, y despues se harán lavar bien, cuya operación habrá de hacerse
toda vez que tengas que hacer uso de ellos, para que tambien se les
quite toda partícula que l).ubieren recibido del cuerpo. Con un paño
de estos, proporcionado á liar ó cubrir la parte enferma, suavemente
untado
ó
ensopado en dicha composicion
ó
remedio, y despues se lo
estiendes en la parte y sobre este le pones otro tibio sin mas, y des–
pues le envuelves en una bayeta bien gruesa que conserve el ·calor;
se dá una untura por la mañana
y
otra al acostarse, manteniéndose
'
asi como cuatro horas. Nota: Téngase presente, que los paños que