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1
.• .. R.etrlbuctóa
cordial, de
a11
¡~recioso
tora Divina".
1UQ
ionill
de
San
Martín
Canal F'eijóo',
A,bil;egp
Virreira o
al–
guno de sus camafadas, tendrá que re–
nunciar al $Ocor:rido
laiUino a Buenos
Aires y quedarse a ser el nuevo An–
drés Bello de ·este otro meneste;rosísi–
mo Santiago.
Art1tto
Capdevil~
("La
Prensa")
Discreto en la foTma
y
preciso en el
detalle, consigue darnos sin rimbom–
bantes metáforas una
~xacta
pintura
de
tipos
y
costumbres provincianos.
Hay en toda la obra un fondo de cas–
ticismo que denuncia bien a las claras
la estirpe peninsular del po·eta. Ese dor–
minio del idioma es el mismo que ha–
ce admirable las sintéticas estrofas de
Fernánd•ez Moreno.
"Ei Jardín
'del
Convento" merece el más cálido elogio.
Amado Villar
(''Revista Nacional")
Hay en Abregú Virreira un deses–
perado tembloT de pitoniza que recibe
trascendentales mensajes de monte que
va a abrirse en
la
bárbara explosión
del volcán.
Bernardo Canal
F
eijóo
(Discurso)
Es alquitrabe, columna y chapitel
del edificio social. Digna de la prosa
singularísima de Canal Feijóo o del un–
toso verso' de Abregú Virreira.
Fray R. Salclaña R4¡tamar
Leyendas y motivos norteños se can–
tan en este simpático volumen. La casa
del hornero
y
el nido del hombre; el
amor conyugal -vigoroso
y
sano- y
el sentimiento de la naturaleza; niños,
animales, árboles . .. arrancan al poe–
ta canciones espontáneas. A veces sus
árboles y sus animales parecen acari–
ciados por un hálito de la selva de
Kipling.
,
Arturo .Cortina
("No'sotros")
El señor Abregú Virreira ha certifi–
cado con esta publicación su evidente
conocimiento de los problemas vitales
del país.
Raymond Poirier
Nos ofrece una pintura, magistral
del ambiente y las
característic~¡ts
de
las ciudades del interior, en pequeños
poemas de una naturalidad encanta–
doTa.
Espesa • Calpe
Tac:uari 328
Julio C. ViaJe Paz
Argentina, S. A
¡Buenos Aires