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- 72 -

des de que nacen;

y

se ve tambien tullirse los hombres de grandes

resfriamient.os

,

y

Ia medicina usada,

y

provechosa en aquella

tk·

rra es Ia carcaparrilla y el palo Gayacan que en Castilla dicen Pa·

lo de las lnd ias; e.I cumo de la carca bebiendola cuando es fr esca

es cos a aprobada, y es Le mal se cxpele por sudores: van much or,.

a curarsc a Ia ciudad de Guayaquil a dond e se coge Ia carca; n;

por maravilla deja a lguno de sanar" (177).

Sc ve bicn franca la eoncomiLancia de lo s dos proce os:

l!1

ma! de buba , o la lue venerae para lo inves ti gado r es, y el tu.lli e–

sc o b a ldar, que en el folk-lore popular es sin6nimo de paralisis

en las cxLremidades inferiores.

I

hay algo mas, n6 solamente

cl ef'ecto terapeutico de la yerba zarzaparrilla, s ino .la muy nota·

ble obscrvaci6n de mcjorar y sanar por lraslado a una regi6n m:.r

cho ma calurosa, cu al es la de Guayaquil.

i,

Serfa nos pregunta·

mos una cspecie de pireLolcrapia empirica, que bene ficiara el pro·

ceso nervioso

?.

Volveremos sobre cste t6pico en la ·secci6n Lera·

pcutica, pues segun algunos invesLigadores, parece que existi6

esLc traLamienLo empirico en tre los indfgenas, s obre Lodo para las

afecciones de la piel.

Es bastante sugestivo un h echo crono.16gico relativo a la

hi s tori a de las manifestaciones nerviosas sifilfticas. Probado

el origcn americano a pesar de violentas discusione (

178),

las

manifestaciones nerviosas, s6 lo se fu eron observando despues de!

estallido de .la forma epidemica a fines del siglo XV (

179),

pn-–

diendose solamente catalogar las formas paraliLicas. EI hecbo

en sf cs rerrrarcable s i se piensa quc fu e importada de America

y

junto con la exacerbaci6n de .la virulencia del treponema, hubie.·

ron los consig·uientes ataques a l neuro-eje. Pero Ia importaci6n

americana es origen de fuertes controversias, aun no resueltas.

Hay autores que afirman s u existencia el Europa, mucho antes del

descubrimiento de America, sin recurrir a las citas bfblicas.

Aqui debemos mencionar una manlfestaci6n nerviosa, atri·

bufda por un notabl e inves tigador nacional a la sffilis. Me re·

fi ero a la Taqui oncco o Ccara oncco, de la que me he ocupado

e:x:tensamente. Sabemos tambien que Valdizan crey6 se tratara

de la coreomania epidemica y nosotros pensamos pueda haber co·

rrespondido en algunos casos a esa enfermedad, como a Ja deno–

minada distonia lenticular o espasmo de torsi6n. En Ia Obra de

Tello, citada anteriormente, adelanta su opinion de que estas m'a–

nifestaciones nerviosas, puedan ser atribuidas a la sffilis. No

(1T7)-'Herrera. - Decada V.

Lib.

X . Cap. X . p . 237 - Clta de

Tello

(Ant.L

gUedad

de la

sifllls en

el

Peru. -

Ob. cit.).

(178)-Ver

Montejo

y

Robledo. - Congreso Internacional

de

America.nlstas,

Madrid,

1881; Francisco

Pell.a.

Trejo, El origen

america.no

de la sifL

Its, 1926;

Tello. -

Ob. cit.

(179)-Max.

Nonne. -

Si11Us

y

slstema.

nervioso, 1924.