ENRIQUE LOPEZ f\LBUJE\R
la bandera?» Todos querían conocerle, abra–
za_·]e, aplaudirle, admirarle.
Uno 3e los cabecillas respondió:
-Pomares no ha podido bajar; se ha
quedado herido en Rondos.
Efectivamente,
el hombre de
za:
bandera,
como ya le llamaban todos, bahía recibido
durante el combate una bala en el muslo de–
recho. Su gente optó por conducirlo a Ron–
dos y de allí. a Chupán, a petición suya, en
donde, días después, fallecía devorado p or la
gangrena..
Antes de morir tuvo todavfa el indio
esta última frase de a.mor para su banderá:
-Ya sabes, Marta: que me envuelvan
en mi bandera y que me entierren así.
Y así fué enterrado el indio chupán
Aparicio Pomares,
el hombre de la bandera,
que supo, en una hora de inspiración feliz,
sacudir el alma adormecida de la raza.
De esto sólo queda allá, en un ruinoso
cementerio, sobre una tumbe., una pobre
cruz de madera, desvencijada
y
cubierta de
líquenes,· que la costumbre o la piedad de al–
gún deudo renueva todos los años en el día
de difuntos.
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