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en toda su·
vid~,
apenas se lavan las manos y la cara. Por último,
la casa sirve únicamente para el descanso nocturno y para guar–
dar sus insignificantes enseres.
LA VIDA EN EL CAMPO
La vida'en el campo es también monótona, salvo uno que•
atto trabajo que denlanda colaboración gregaria; entonces se
hace amena
'y
distraídá.
Todos los días después del almuerzo se dirijen al campo en
compañía de sus esposas e hijos. Cada uno tiene una labor seña–
lada, así por ejemplo: el hombre vá labrando la tierra, la mujer
viendo ·y cuidando los animales, los' hijos recogiendo combusti–
bles o ayudando a los padres y en especial están destinados al
cuidado del rebaño. Por las tardes se reunen en un lugar desig–
nado y Jleganjuntos a la casa donde la madreprepara una comi–
da mísera y después, Jlegada la noche, se entregan al sueño hasta
las 4 o 5 de la mañana. Así en esta forma se repite la vida del
indio sin sufrir cambio.alguno. No hay día en que se halle fuera
de su trabajo agreste. Hay caminos por donde, a una hora seña–
lada, tienen que pasar todosencompañía de toda la familia. Así,
en las primeras horas de la mañana, se vé una hilera de indios se–
guidos de sus perros y de sus carneritos llamados
chitas,
que son
domesticados en tal forma que jamás se despegan de sus dueños,
en número que
lle~a
a veces hasta diez, pero generalmente son de
uno a cinco. Durante la caravana van cantando unos y tocando
sus quenas otros. Entre las mujeres se acostumbra el
cuento
que
consiste en comunicarse unas a otras de todas las cosas que pa–
san en el pueblo, ya sea ensalzando o censurando las acciones de
los demás habitantes; es en esta forma que llegan a saber casi in–
mediatamente todos-los sucesos que hayan ocurrido, pues el con–
tarse unos a otros resulta como llegar a saber por medio de los
diarios.
No hay cosa, por más insignificante que sea, que no se
sepa. Es curioso ver un grupo de estas mujeres hablando entre
ellas de las cosas más nimias; así también los hombres se ocu–
pan en igual forma. Para el descanso, a lo largo del camino, hay
unos sitios apropiados con asientos, hechos indudablemente si,
glos atrás, donde todos tienen que descansar forzosamente por
un cuarto de hora o más. Al regreso hacen lo mismo; como ya
saben la hora en que deben regresar, a veces unos esperan o otros