Merced
á
la
inconcebiblemente
exagerado ·
idolatría de Jos
·Incas
y
á
la predilección que
mostraron
por
el
ten1plo
de
Titicaca,
llegó 8
ae.r éste uno de os más famosos de
Ja
A
méri· -
ca
l\tleridionu . Desde los más
curnbradcs
mag,nstes hasta
loEi
rústicos labriegos acudían
al templo del
Sol
á
buscar el remedio de sus
necesidade~,
.multiplicándose
los males
de aque
llas
pnbr.esgentes-á
medida
ll~e
aumentaba
su
cieg
Ji_- idolatría.
-
Contento en un princjpio el demonio con
las ofrendas
de aro,
p.lata
y
otra5
cosas -ina1ni–
nadasf exigió·
luego
el sacrifrcicv <le·
&nimales,
al
que
siguió
m·uy
pronto
el de tiernos
é
inocen
tes níños que ha mi!lares eran bárbaramente
~acriqeados
en
.hon0r
del ángel rsbelde, · con–
.yertido
por su saber hia en
el~
mónstrao más
ho.rrible
del
infierno.
'
No pbstante .sµ_ inmunda fealdad, se con-
-p,laclá
en ser servido
y
adorado· por vírgenes
herrn9sas, las cuales, con
fl'ecuencia1
después
~~
l)a-qer pasado muchos afios encerradas
en
1é1:rea.
clausura, priva.das
de
todas
Jos
placeres,
a.unrl~ lu~
más inosentes,
(jf8Il
deg~~llad.'ls .
en
hono.r
de la talsa , deidad.
·
,_,_
Próx:Jrµc
a\
LAg,~\
€.fil
la
peninsuJa..
que
él
.P-~netra,
há!Jase
situada
la
Población
d_e_ Copacabana~
- ~~llpdada
·por los .
Incas
.para ; servicio del
t~n1plo
idolá.trico
y
pHra
residencia de
las .
vít~ -