das de los ricos como en la humilde cabaña de los pastores;
reina en todas las estaciones; ataca por ig ua l al niño y al
anciano , al hombre y á la muj e r; sólo precisa una condi–
ción que haya mal a higiene;
y
cuando ésta se exajera el Aa–
jelo se presenta avasall ador,
impe tuo ·o,
egando vidas
por
mill ar~s .
Así lo vimos en los años de
188 1
y
i 882,
cuando la invasión chil ena á los pueblos de los departamen–
tos de Junín y Huánuco, a ólar los centro poblados
y
sem–
brar el luto y la de olación en las filas en migas.
No se neces ita hacer un g ran
tozw de/orce
l' a ra supone r
que en los ej é rcitos ele Huayna Cápac, han debido existir
las condi ciones de haci namiento favo rables
á
la difusión ó
mal a higiene del tifu s exantemático,
y
que hallánclo e esas
enormes ma as humanas en territorios propicios para la
ge rminación del agente patóge no del mal , haya ido e l tifus
la enfermedad que ocasionó la mue rte de Huayna Cápac.
Los conocimientos que tenemos sobre ep idemiolog ía
y sobre la natura leza ele los diferente
procesos morbosos
infecto-contagioso
,
inclinan el ánimo en el sentido de que
hay rnayor probabilidad ele que haya sido el tifus exante- .
má ti co,
y
no la sífili s. la epidemi a á que se re fi e re
1
señor
Tello.
DR.
L E01 IDAS
E)TDA
io,
Catedrático ele Clínica Médica y de Medicina L:iral
195