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la nariz una tumef<1cción mamelonada, sin tendencia.s ulcerosas,
á pe8at· del prolongado espacio de tiempo que cuenta la. evolución
del mal.
Es difícil señalar· la rnallera como se inic!Rn las lesione¡; uto–
sas,porque g:enei·almente se observan los caso:-; cuando
yn
han re–
corrido las primeras fasPs de su desarrollo. _ Los enfPrmos nsegn–
ran
casi unánimernente que
~1
pr·imer sig-no que notaron en los ro–
mienzos de la enfermedad, fné un
granito,
prnrriginoso ó no, pero
indolente por· lo general, de color· rojo
y
con todo el Aspeeto de una
"pieadura,
irrit;-~, d;J
.. "
Lo que sabemos de la iniciaciún
el
el
1
npus
y
de otras afecciones semejantes hace pensar· que, en efecto, ht. nr.a;
debe comenzar
á
manifesta.rse por un punto rojir-o ó nn botón sa–
liente, de pequeñas dimensione::;, orig;en de la gTanulación que
má~:~
tarde constituye la lesión elemental de la. uta, apreciable á la si ni–
pie vista. El Dl'. Samanez clice
que];-;~,
pr·imera manifestnción ntosa.
"es la presPncia de un nódulo de color r·ojo oscuro, de consisten–
cia más
6
menos considerable y más apreciable al tacto que
á
la
vista. dé tam<1ño variable, pero cna.ncl.o es percibid o por t->l paeien–
te tiene ya l· s dim.msiones i!e una lenteja más(> menos."
La gTar . ción in' hlgen ralmpnté es únácu., per·(7) pronto apa–
recen en su ·
ü
dia,ta · prox.imida.c}es
al~·¡was
otra:¡; de fot·ma
y
color idénticos,
quA ~~
clesarrol!a1·. e llegau á ¡poJJJerse en
cont~tcto
entres', pero no hasta confun<lirse, f0r·maudo entonce,; una
mas;-~
prominente mamelouu, cousti
uicl~L
por
n6~iulos
distintos ó más
6
menos ag·lome1·ados en un gr·upo indiviso, de color rojo os–
curo, que al ser comprim ic:l
>
tom_a un tinte nmarillen iio tntsluci–
do, que recuerda al descrito para el !u pus. La masa neoplásica
no es por lo gene1·al doloi'Osa espontáneamente; pero despierta
sensacioneo;; de calor
y
tensión á su nivel,
y
al comprimirla
~e
pro–
duce gener·almente un dolot· no muy vivo. La sem;ibiliclad, en
efecto, está francamente disminuida en la piel enfer111n: la presión
no despiert.a dolores
muy
marcados,
y
al ·vel'ificar la extirpaeión
de tl'ozos de tejido enfern1o, para el est.udio histológico, se puede
nota,r que los enfermos uo sufr·en sino moderadamente, no obs–
tante que las
~ecciones
interesen regiones tan dolorosas normal-
mente como la nariz ó los labios.
•
El color rojo del tejido u toso se debe á la congestión del der–
mis, que está. cubierto de un epitelio geueralmente delgado, trils–
lucido, amarillento, 1mifor·me
y
liso. En algunoR casos se nota la
epidermis engrosada Pn deter·minnclos ¡Juntos.
A
e ·e nivel se ex–
perimenta al t.ncto una sensación de dureza, que contrasta con la
escasa consistencia, que ca.racte1·iza _al utoma.