APÉNDICE III.
Analoglas léxicas entre la lengua tarahumara y la cahita,
que comprende el lenguaje de los indios YÁQUIS, MÁYOS, TEHUÉGOS y ZnÁQUES.
Como son los cahitas vecinos de los tarahumaras, y en algunas
partes se mezclan con éstos, podrán servir de orientación para los
misioneros, las notici as que aquí voy á dar.
Hablando yo un día con uno de mis indios, sobre el atroz infor–
tunio de los vecinos yaquis, me dijo: «Nuestra lengua es muy do–
«ble (dificil), pero la lengua de nuestros parientes yaquis y mayos,
( ahorita mismo la aprendemos los tarahumaras. »
Esto solo, fuera un buen dato filológico que bastaría para supo–
ner la afinidad de ambos lenguaj es y para explicarse ciertos defec–
tos de pronunciación en los pueblos tarahumaras limítrofes. (Her–
vás, Catálogo, t. I, pág.
119).
El P. Lorenzo H ervás, S .
J.,
dice (Cat., t. I, pág. 33 9): «Las na–
ciones que desde la embocadura d el
CoLorado,
hasta más allá del
río
Suanca,
hayal r ededor de los ríos
Colorado, GiLa y .suanca,
son
las de los yumas, quiquimas, cocomaripas, pimas y sobaipuris; y
entre estas naci ones y la Pimería está n los pápagos. Me parece
que tienen afinidad las leng uas de todas estas nacion es: y porque
la pima (como dijo el P. Clavij ero, S . ].), la tie ne con la tarahuma–
Ta,
se deb er á decir q ue son nac iones tar ahuma ras todas las que
h ay d esde la Sinaloa h asta los ríos Colorado, Gila y al rededor del
Suanca; y que los yumas d e
California~ó
de la banda opuesta del
Colorado, son tambi é n d e la misma naci ón tar ahumara. Propongo
las prueb as de la afinid ad de dichas leng uas , etc.»
La historia t ambi é n di ce q ue «el cahi ta es comú n en las fisi o–
nes de la Provincia de Sinaloa,» como t estifica el P. Basilio, S.
J.,
quie n compuso la doctrina e n
yáqui,
la cual aun hoy vige.
GriLnl.\'l.·.-lI7