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SAi.iN.AS•
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..CAPÍTULO LXVI.
De cómo Marigo Inga se retiró con grandes
tes~ros
é
mucha ·gente
, ·
á
lás montañas
d~
los indés
,.
J
cómo
V~Uatopu
andaba con
.
eJ°ércfto.por las provincias. de los
Guan~achupachos.
Respirado han por un poco .las guerras civiles, é, miéntras
se acerca el tiérppo de la . de .Chupas, tenemos nec.esid'ad de
contar lo
qu~
estos capitanes hicieron,
é
lo que le sucedió al
teniente genera.! Lorenzo de Aldana, que
á
la ciudad del Quito
iba;
é
tambien .quedabá confuso el' &uceso del Inga, si no se
refiriese en este lugar lo que hizo despues que Rodrigo Orgo-
ñez ie dió aquel atcance tan famoso., cuando en él libertó al
ca pitan
Ruy
Dia~
é á,
los otros.cristianos,
É
pasa así: Que visto
por Mango Inga. la. determi naci'on de Orgoñez,
é
cómo no
pensaba en otra cosa que en .prendelle ó tnatalle, é que le
había muerto mucha de su gente',
é
prendido algunas 'de sus
mujeres,. til1:bado é muy temeroso- en vei·se de aquella suerte,
conociendo que sú 'fortuna ya estaba tan declinada· que sus
dioses le tenían para siempre olvidado,
é
que para oponerse
contra los cristianos no tenía
y~
gente que lé siguiese,
I)Í
su
autoridad bastaba
á
juntar ejército para seguir la guerra, con
algunos que le siguiero1_1
é
SU$
mujeres é sirvientes,
é
todo su· .
tesoro, '.que no era poco, se
fué
·á meter en las rovincias de
~que
están
m~tidas
a la parte de Mediodía
é
más aden:
tro de los Andes, porque allí le pareció estaría segur.o de los
l
cristianos,
s~s
enemigos,
é
no oirían los relinchos
y
bufidos
de sus caballos, ni las tajantes espadas cortarian más en. sus
·
Toaio l.
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