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330

GUERRA

dejado.

É

como así lo vido preguntóle si era él Pedro de

Lerma,

é

respondióle que sí; tornó Samaniego á le decir que

si se acordaba de la afrenta que le babia hecho en Abancay';

respondió Pedro de Lerma que sí acordaba, mas· que, ¿qué

venganza podia tomar en él estando de la 1?1anera que estaba?

é

que sí en él babia alguna virtud, é tenía algun enojo con él,

que le hiciese curar,

é

si

s~nase

le pidiese lo que quisiese,

que si de otra suerte le mataba hacia mayo1· su injuria

é

no

ganaba honra. Samaniego, que no venia con aquel propósito,

sacando su espada se la metió tres veces

por.el

lado del co–

razon, Esta fué la muerte que dieron

á

Pedro de Lerma, na–

tural de la ciudad de Búrgos. La cabeza de Rodrigo Orgoñez

fué traída

á

la ciudad ,

é

por mandado de Hernando Pizarro

puesta en el rollo de ella; cosa indigna

é

muy fea,

é

que no

lo merecía varon tan esforzado, é

á

muchos pareció muy mal.

Era Rodrigo Orgofiez natural de la villa de Oropesa; pocos

días ántes de esto le babia hecho S. M. merced de título de

mariscal del Nuevo Toledo. Al Adelantado D. Diego de Alma–

gro le fueron puestas guardias que le miraban

é

tenían gran

cuidado de su persona, é lo mesmo se tenía de todos los de–

mas que estaban presos.

Los que habian venido con Hernando Pizarro creído te–

nían que luégo les había de repartir todas las provincias,

é

hacerlos señores de ellas,

é

quitar los indios

á

los que los

tenían ; Hernando Pizarro no pretendía otra cosa de lo que

babia hecho, decíales que se poblarían las provincias de las

Charcas

é

Arequipa, adonde darían repartimientos

á

muchos

de ellos; no les agradaba nada aquel dicho, porque en las

Charcas parecíales que estarían desterrados,

é

que nunca ter–

nian cosa ninguna de provecho. El capitan Alonso de Alva–

rado dijo

á

Hernando Pizarro, que pues él tenía ya en su

poder al Adelantado D. Diego de Almagro, é ya habia apode–

rádose en la ciudad del Cuzco, que le diese licencia, porque

él queria volverse á ver al Gobernador,

é

luégo ir

á

las Cha–

chapoyas

á

poblar una ciudad en lo que en ello habia descu–

bierto. Hernando Pizarro se holgó de ello, é dijo que fuese así