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gado, sus criados
y
amigos lloraban lamentando su desven–
tura; durante este tiempo volvió en su acuerdo, é pareció te–
ner un poco de mejoría,
é
como se vió en ella dió gracias
á
nuestro Señor, que así babia .sido servido de que él no mu–
riese en aquel tiempo, porque
s~s
criados é amigos no que–
dasen en poder de los Pizarros.
Estando el Adelantado en esta provincia de Vilcas, llegó
nueva cómo Rernando Pizarro subia de los llanos al camino
de la sierra, é iba el camino del Cuzco; oídas tornaron
á
tra–
tar
é
tener pareceres,
é
los unos tornaban
á
decir que se fue–
sen al Cuzco con presteza, otros decían que diese la vuelta á
Los Reyes,
é
aunque mucho sobre esto se platicó, se tornó
á
determinar que apriesa caminasen al Cuzco,
y
desde Vilcas
envió el Adelantado
á
un Rodrigo de Lora para que fuese á los
Aymaraes é le avisase de la venida de Remando Pizarro,
é
con
diligencia lo hiciese. Rodrigo de Lora lo hizo así, y allegó á
aquella provincia ántes que Remando Pizarro. Rodrigo Orgo–
ñez, Juan de Sayavedra, Vasco de Guevara, Pedro de Lerma,
Salinas, Pedro de Chaves, Cristóbal de Sotelo, D. Alonso En–
riquez, D. Cristóbal Cortesía, D. Alonso de Montemayor, Ruy
Diaz, Noguerol de Ulloa, Gomez de Al varado, con otros de los
más principales creían que convenía darse toda priesa en alle–
gar al Cuzco ántes que Remando Pizar:ro, para tener tiempo de
se poder pertrechar
é
apoderar enteramente en la ciudad,
é
así lo dijeron al Adelantado,
é
por todos fué acordado que se
partiese.
É
desde Vilcas fueron á la puente de Abancay , é
luégo pasaron á la de Apurima, sin suceder cosa de que poda–
mos hacer mencion, si no es de algunos que se huyeron de su
real al de Pizarro;
y
desde la puente de Apurima envió Or–
goñez cinco soldados con algunos indios á la puente de Cacha
para que le avisasen si por allí pasaba Hernando Pizarro.
Luégo se partió á la ciudad del Cuzco, adonde halló que es–
taba Diego de Alvarado por justicia mayor, como él lo babia
nombrado;
é
llegado á la ciudad, Orgoñez <lecia que Her–
nando Pizarro era un cobarde, é que no tenía él atrevimiento
para dar batalla nenguna ,
y
esto el Orgoñez no lo decía por-