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GUERRA
quinientos
é
treinta
é
siete años.-Yo el Rey .-Por mandado
de S.
M:.,
Juan de Samano».
La carta que le escribió la Emperatriz dice así:
«LA
RE1NA.~Francisco
Pizarra, Gobernador
é
capitan ge–
neral de la proviñcia de la Nueva Castilla, llamada Perú: Ví
vuestra letra hecha en
l~
ciudad de Los Reyes á veinte
é
seis
de Mayo de .este presente ·año, en que me haceis saber el es–
tado en que están las cosas de la provincia, especialmente el
levanta~i~nto
que los naturales de ella han hecho,
é
que
que.rian cercar á Hernando Pizarro., vuestro hermano,
y.
otros
españoles en la ciudad del Cuzco-, de que me ha mucho des–
placido, principalmente por lo que toca al servicio de Dios
nuestro Señor, que se estorba con esto,
~
al impedimento
é
dilacion que se podría seguir en l!ls cosas de nuestra santa
fe católica,
é
por el daño que
á
Nos
é
á nuestros súbditos de
ello se sigue,
é
muy principalmente por los trabajos que á
vos se os seguirán de ello, que no podrán ser pocos por las
causas que en vuestra carta decís, y más razon fuera que
descansáredes de los pasados que no venir á otros de nuevo;
yo espero en Di'os y en la intencion con que habeis entenaido
en ese descubrimiento,
y
el buen tratamiento qu_e siempre
habeis procurado hacer á los naturales de esa tierra,
é
la fide–
lidad
y
voluntad con que habeis servido al Emperador y Rey
mi Señor, que os dará victoria
é
favor para que la torneis á
poner en el estado que ántes la teníades:
é
porque yo soy
cierta que vos hareis toda vuestra posibilidad para ello, con
la buena manera é voluntad que hasta aquí lo habeis hecho,
no os lo encomiendo más, sino que parece que es justo que
las personas que en esa tierra están
é
han sido tan aprovecha–
dos, os ayuden para los gastos de esa
conq~ista,
no sólo .con
sus personas,· mas con sus haciendas, segun el provecho que
cada uno hobiere recibido. Decís que á causa del dicho le–
vantamiento se ha dilatado la venida de Hernando Pizarro,
vuestro hermano, con
el ~
oro nuestro que allá teníamos,
y
el servicio que procurastes que se nos hiciese, y de esta
causa creeis no pueda tan presto venir;
é
porque, como sa-