, DON PHELIPE V.
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repreíentado
en .Ja viveza del temor, en
cada golpe del Mar amenazaba una fub–
merísioo , con gúe
fe
defamparaban los
ll anos ,
y
poblaba,n
las
cumbres de los
montes. Cada (opio del ayre
(e
coníl:ruía
como
prefagio
de un Temblor;
y
re–
petidos
eíl:os
por
inílantes
~
cada qua!,
rezclaba
en füs huellas
(u
fepulcro.
To–
do
en
fin era
una
fucceísion
de
miedos,
y
de horrores, en
gue
el
de la propria
ºmuerte
paffiba
a
íer deíprecio
de
la
agena:
y
acoílumbrádos los corazones
al
pefár, , .fe ha vía · con.venído en indo–
lencia el mi(mo exercicio de fentir.
En eíla coníl:ernacion
(e
hall~ba
la
Ciudad,
quan~o
llego
la noticia de
la
.111ue¡re
del
Rey: y
enroo~es
_fe dexó
ver
todo lo que imperaba
fo
amor
en
nueftra fidelidad,
y
quamo mas, gue la
naturaleza,
dom in'.lba en la fangre
ague-
. Jla divioa
poceílad
{obre
1
las
vidas ;
;. pues
los hijos,
que no rentlan la mu–
:ene de
los
Padres,
y
l9s
Mayores, que'
:no lloraban
a
tus
Poíleros, lamemaron la
'
G
muer-.
·'