;
EXEQUIAS DEL S
1
ñOR
Memoria , de la Solemnidad ,
y
de la
· Pompa. Tributo fon, que rinde á fu
condicion e/ hombre; deuda , que co–
bra
de
fu mano·
/a
morrnlidad :
can
guc
es precifo, que cenga de prompco el re–
cuerdo' guamo trahe de in reparabilidad
fu cauf<1,
y
que el amor proprio
de
los
vivos fea la m&gnificencia de los muer–
tos. Allí doride el trar}lito de un mortal
fe
folemniza, veneran (u fin 'todos los mor–
tales: haze(e el horror reípeto,
y
la me–
moria paíla á religion.
No
ricias fon
fu–
nefüis,
pero
proprias: cragicos recuer–
dos, mas
comunes : lugubres poíleri–
dades, pero nueílras. Mas encroncan los
humanos por la cadu fi dad, que por
la
fan–
gre: eíle es un deudo,
que nace
con la
vida para el
tiempo,
y
aquel
re
firmn
en
el fepulcro para la eternidad.
Aísi
lo
con–
cibió Athenas, quando para
dar
fepulw–
rá
á
fus Varones, pueílos
a
la veneracion
Thucydid.lib.
del Tabernaculo, concurrian las Tribus
z.
bell. Pelo-
llevando en pal idas Urnas fus difuntos.
pon.
Y
porque
á
villa
de un cadaver no
pa-
re-