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que aqui veis, que
~on aqucll~
g'éneros de que cou parti ular gus–
t.o suele
u~ar
el mismo soberano para el r galo d
su r
a1
p r ·ona
E1
EtÍGf>e,
eonociendo desde Jueg
1
0
que Jos ombajadorc no
ran
m:Js que espías, les dijo:
Ni'
ese rey d ' los Persa os onvia
n o o
presentes para honrarse de ser mi amigo y hué p d, ni vo otro
deds
verd:id eri ló que habfüis; pues vosottros, bien lo ntiendo, v ni ·
por espias de mi estado y él nada tiene por ierto de prio ·ipe jn to
y
hombre recto, pues
á
serlo no deseal'a mas imperio que
1
uyo, ni
metiera·en sujeoion á los pueblos que en nada le han
o~
ndido. Por
abreviar, entregadle de· mi parte este :u'co que aqui veis,
y
le dar
i '
juntamente esta mi formal respoesta. El rey de los Etíope. a om ja
p~r
bien de paz al rey; de los Persás, que luiga lago rra á lo
!\fa
ro
hi0s, fiado en el número de vasallos en qa es superior
ú
aqU'el>
n~
,
tonces auaitdo vea que sti& PellSas enco1·van arco
de~st
tnmaf10 con
tanta facilidad aomo
yo
ahora doblo este (1 vuestro oj s;
y
mientras
M
\rea hacer esto á los süyos, dé muchas·gra ias
á
lo Oi<'l es por–
que no inspiran
á
los Etíopes el deseo d
nuevas conqui ta par:t
,matar mas su do
in·
o.
XXII.
r>ijo
el • o
,
~
tf'ega
á
los enviados. Toma
da
y
pregunt~
qn · eniaa
aquello.\' có
ll' cia: dícenlc los
Ié~iófagios
la
v~r
d cerca
de-
n púrpurw y su tínte;
'
·
1
entonces,
les replica•:. bien vá
d~
engaño; tan engañoso$ son ellos como sus
vestidos y •regalos. Pregunta· despues qué significa lo del collar y
brazaletes;
y
como se lo declarasen los lctíM1gos diciendo que
er~n
galas IJ'.ífa mayor adorno de In persona, ríóse el rey
y
luego, no
hay
tal, les r.epliea, nci me parecen galas sino grillos,
y
á fe mi:i que me–
jores
y
mas fuertes son los que acá tenemos. Tercera vez preguntó
_ sobre el ttngüento, é informGdo del modo de hacerlo, ydel uso que
tenia, repitió lo mismo que acerca del vestido de púrpur:i habiá
dicho.
Pe~o
cuando llegó á
fa
prueba del vino, informado antes
eomo se preparaba aquellá bebida, y relamiéndose con ella los
la–
bios,. contíuuópreguntando cuál era la comida ordinaria del rey
de
Persi·a,
y
cuánto solia vivir el Persa que mas vivfa. Respondiéroñle
á
lo primero que el sustento-eomun era el pan,
esplicándol~
junta–
mente qué cosa era el trigo de que se hacia;
y
á
lo segundo que el
1ér.mino mas la:rgo
d~
la vida de un Persa era de ordinario so.años.