de
la
Compañz'a
de Je(us.
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nos Chriltianos al Venerable Prelado unos
vertidos
mas dignos
de fu
triunfo, que los que llevaba
en
la
Carctl;
y
ha
viendolos pueíl:o , refrefco
la
menlo–
ria de los Soldados
que le
guardaban,
repitiendo~
les en pocas palabras las e:xortaciones ,
que
tantas
veces les havia
hecho
:ab-razo
a
fus antados com–
pañeros de la Carcel , entre los quales efiaban
dos Mífsioneros :
torno con
ello~s
un bocado ,
yl
no tardo en fer llamado delante del Mandarin,–
que le havia de pronunciar la Sentencia de muerte,y:
.prefidir
a
fli
execucion. Llegando
a
la Sala de Au..
diencia ,
repitio ,
que morida por la defen(a de
la
Santa ,
y
verdadera Religion ,
y
que tenia firme
confianza, que en aquel
Lnifrno
dia tendría
fli
altna
lugar entre los Bienaventurados. Añadió, que ro–
gada
a
Dios. '
que
fe
COlllpadecieífe
de la
China '
y.
la
alUtnbraífc
con
las luzes
del Evangelio.
Voy,
les
dixo,
a
fer
en el Cielo el
Proteétor
de
efi:e
Imperio.
Entretanto
fe
l.eyo
la
Sentencia·de n1uerte en
la
_Sala
de
la
Audiencia :
fe ataron al
Prc:·lado las
tnanos por atras ,
y
fobre los ombros fe le pufo.
un
Cartel que decía,
que ell:aba
condenado
a
perde·r
la cabeza, por
haverfe
e1npleado en pervertir al
Pueblo con una
1Í.1ala
Doétrina. En eíl:e efiado
fue
conducido
a
pie al lugar del fuplício: anduvo to–
do
el camino rezando Oraciones,
con fetnblante
alegre,
y
encendido
en amor de fu
Criador.
N<>
fe
canfaban los
Infieles
de mirarle ,
y
fe
quedaba11
como atonitos. Havian
las
n~ugeres
Cbriíl:ianas
for~
mado
1nuchas Juntas
para rezar el
Rofarío ,
mez~
clando muchas
Meditaciones [obre
la
Pafsion de.
Nueíl:ro
Señor
Jefu-Chrií1:o.
Quanto mas fe acer-.
caba el dichofo
inftan~~,
1nas
crecia fu
devocíon~
1om.
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