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Cartds 'de las
Mtfsziones
,
ra
fe le baño
en.
fangre. El Señor
Obifpo
recibi~
noventa
y
cinco bofetadas , fin que fe tuvieífe
aten~
eion
i
fu tnucha edad. Aden1as de las bofetadas,
los Padres Alcobcr ,
y
Royo padecieron la
baf~
.tonada una vez :la fufrio dos veces el Padre Diaz>
y,
otras tantas el tonnento de los pies. Entretanto
in[~
.taba el Virrey
a
los Juezes, que dieífen el
Decre~
to de condenacion '
y
llanl:lba fus dilaciones
con
el nornbre de lentitudes afeél:adas: eíl:aban los
Jue~
zes irritados de no poder h:tllar mJterb
fuficien~
te
a
la fentencia ' que deíeaban pronunciar '
y
en
fin fe detenninaron
a
bol ver a comenzar
el
Procef–
fo,
y
n1iraron
[o
lamente a condenar los
Mi[sione~
ros,
y
algunos Chrill:ianos
a
defiierro ,
y
otro~
(;hriílianos ,
y
ChrifHanas
a
penas mas
ligeras.
El etnbarazo de los Juezcs no conGíHa en
con~
tordar la
reét:itud
natural con la condenacion,
que
les
pedia el Virrey; efrabJn refueltos
a
facrificar.
la Jufl:ida
a
fu voluntad'
o
por lo menos al
temo~
~e
fu fenti1niento; pero era precifo guardar
algu..¡
na
fornlalidad en el juicio '
y hacer
que
hablaífen
Jas
Leyes
en una fentencia, que llévaba el rigor hafi:a;
~l
ultimo fuplicio;Veafe aqui con1o fe ingeniaron pa-{
'ra diétar el Decreto , que dieron en el principio
d~
~oviembre
de
1746.
y
que
formaron en
nornbr~
d~l
V!rrel
~· que
lo
embio
en la
fo~mªftgq!en~~
·
al
~1npe.~~dQ~.!.
.