Los
re~el.-endos
Padres.
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Ilombres negros .¿J.e dónde habeis salido?
de debajo la tierra, nuestro imp·erio:
.
siempre de lobo
y
zorro l1emos tenido;
y
hasta ahora nuestra regla es un misterio.
Somos los hijos de Loyola el sábio, .
las vioetin1as de lar:gas proscripciones.
Mas volvemos; cePrad bien vuestro lábio,
y
á
vuestros ,hijos dad nuestras lecciones.
Cierto Papa abolib la. Compañia,
y
un
cólico vengó tantos escesos;
¡·establecionos otro en ntejor dia,
y
reliquias hici1nos de sus huesos.
Para que nos absuelvan, confesemos:
deEu.rique cuarto el
fin
ee va olvidando ...
S'Olo
1·eyes católic6s an1mnos,
y
por
lo pronto al séptimo Fernando.
Un
grande favorito su optimismo
emplea en protejer nuestras miradas,
y
de córte anunciaros
un
bautismo
pued~n
éstas
dragea.s
regaladas.
Con tales rnirantientos él espera
espias encontrar para sus amos:
que algunas leyes cambie,
Y
de carrera
para hacerlo salvar, lo derrocan1os.
Si
todo no cambiare luego luego,
si se creyera
á
la canalla baja,
nuestra oonstitucion seria fuego,
y
el monarca en
su
trono pura paja.
Mas su secreto el cielo nos confia,
carta
de
paja,
si;
necesitamos;
del diezmo gozará
1
a
fraileria,
nlientt·as S{)los nosotros cosechamos.
Desde
un
palacio de dorado techo
.fuertes nuestros ataques han salido;
de los frailes lacayos hemos hecho,
en librea cambiando su vestido.