18 / 60
-10-
turkampt una 'sima, en que estuvo
á
punto de abis-–
marse el impe.rio.
Diganlo si no las persecuciones de Rusia, donde só-–
lo se proponen el amor al Czar y el respeto
á
la ley,.
y donde. en su nombre poblaciones entera.s de católi–
cos son entregadas eu tropel á las lanzas de los cosa–
cos ó <1eportadas en masa á los mortales hielos de la '
Síberia.
.
_
1
liganlo si no las persecuciones de Bélgica, que só–
lo deseaba libertad, y donde sus católicos, que son los
más firmes sostenedores de la Oonstitucion y del Rey,
son apaleados y apuñalados ·por los liberales, que
atre>pellan sus procesiones, apedrean sus reuniones
electorales, secuestran sus moribundos para que no
se confiesen, y roban sus cadáveres y profanan sus
cementerios, exclamando cínicamente al gloriarse de
estos hechos:
«Que los católicos sólo son buenos para se-¡·
maltratados».
Díganlo si no las persecuciones de Francia, en que
·· sólo querian la Rept1blica,
y
donde haciendo del altar
lecho de prostitucion, y ele la Cátedra del Espíritu
Santo cátedra ele ateismo, entregaron á las llamas los
templos artísticos y monumentales, y fusilaron
á
los
príncipes y á los sacerdotes de la ReHgión, escribien–
do con su sangre sobre los muros ei1t1egrecidos por el
incendio el lema de la libertad, la igualdad y la fra–
ternidad revolucionarias.
Díg~ulo
si no la-s
p~rsecuciones
de España, do;ncle
/ sólo querian el reinado de la libertad
y
la
expul~ion
4e
los Borbopes,
_y
donde su primer acto f_ué plagiar el
'atropello más tiránico del absolutismo borbónico, ex-
- ,pulsando
á
los Jesuitas, en nombre de
I,a
libertad. de
..cultos
y
d~
la libertad de asociación, mientras llegaba
el tiempo en que se fusilasen las imágenes ep. la plaza.
pública, y se bailase públicamente el
Canean
en los
templos más venerados.
Digan lo si no las persecuciones de América., donde
las soeiedácles secretas quieren obligar
á
la Iglesja á
que las bendiga, y donde v-eucidas
á
pesar de .sus tra–
·D)as infernales en la lucha legal, acuden al puña! del
asesino para asesinar al gran patricio, al gran horn bre
_de Estado; al Presidente de la República del Ecuador.